Spaguetti al frutti di mare
Buenas.
Después de un laaaaaargo letargo del blog, a ver si hay lo que tiene que haber para continuar actualizándolo más a menudo. De momento, lo voy a intentar.
Retomaré la actividad con un plato fácil, vistoso, y bastante sano, teniendo en cuenta que en estos días navideños nos ponemos a comer como si el mundo se fuera a acabar mañana (ah, no, que se iba a acabar, pero era una coña) y apetece algo más ligero y digestivo.
La receta en cuestión me la he sacado de la manga, es decir, que quería hacer algo parecido a lo que los italianos cocinan, pero después de una ardua investigación, he visto que cada cual la hace a su manera, por lo tanto he decidido hacerlo como hace mi madre la paella de marisco y cambiando arroz por pasta, of course.
Necesitaremos para el plato pasta larga (creo que le va mejor, pero para gustos, colores) y moluscos varios, yo compré lo que me pareció, así que vamos a enumerar los ingredientes:
- Un paquete de tallarines (lo sé, se me va la olla con las cantidades, habrá como para cuatro-cinco personas)
- 1/4 kg. de almejas/berberecho
- 200 gr. de gambas/langostinos/gambón/gamba pelada/cigala...
- 1/4 kg. de chipirón/pota/calamar
- tomate frito (casero mejor, si no, de bote)
- vino blanco
- dos dientes de ajo
- perejil
- agua
- sal
Empezamos sofriendo el calamar. Tendremos en cuenta que suelta bastante agua (sobre todo, si es de los que venden descongelado), así que hasta que el agua se haya evaporado lo dejaremos que fría.
Entre tanto, picamos los dientes de ajo en el mortero, y cuando el agua se haya evaporado, se lo echamos al calamar. Damos unas vueltas para que no se queme, y un par de minutos después, añadimos un chorro de vino blanco.
Echamos las almejas (previamente las habremos tenido en agua fría con sal como una hora para que suelten la posible arena que tengan), y damos unas vueltas, hasta que se abran todas.
Añadimos salsa de tomate, como un vaso pequeño. A mí no me gusta especialmente que la pasta flote en salsa de tomate, cuestión de gustos, pero si preferís más, se le echa y punto.
Por último, las gambas, que son las que se hacen más pronto, y damos un par de vueltas.
Al sofrito de pescado le añadimos un poco de agua, como medio vaso. Podemos usar el mortero con los restos del ajo para echar el agua al sofrito. Agregamos también un puñado de perejil picado.
Por cierto, para el sofrito NO HE USADO NI UN GRAMO DE SAL, el pescado ya trae la suya, y no es cuestión de pasarse, pero vale, para alguien esto estará sosísimo.
Ahora (o hace un rato) ponemos a cocer la pasta. Sabemos la teoría de los italianos, 1 litro por cada 100 gramos de pasta. A mí me parece una barbaridad, yo uso la mitad de agua, e incluso menos, y creo que está buena (ahora es cuando me ponen a caldo los "entendidos" del tema).
Bueno, a lo que vamos. Cocemos la pasta en la cantidad de agua y sal que nos parezca, y yo la dejo bastante tiesa porque NO LAVO LA PASTA EN AGUA FRÍA, LA ECHO DIRECTAMENTE EN LA SALSA, por lo que la pasta continuará haciéndose por el calor que conserva.
TAMPOCO TIRO EL AGUA DE COCER LA PASTA, me servirá para aligerar la salsa, y que no quede pastosa. En algunas salsas viene de fábula porque a veces se espesa mucho, y el agua de cocer la pasta (con su almidón correspondiente) hace que sea menos "engrudo". No sé si me he explicado bien.
Pues nada, ahora sólo queda mezclar pasta con sofrito, y a comer!